Informe semanal del Banco Ciudad
Inquieta el relajamiento de la política monetaria dada la alta inflación
Por motivos diametralmente opuestos, la economía local y la global atraviesan un contexto de llamativas coincidencias: ambas navegan en medio de una atípica combinación de alta liquidez y elevada incertidumbre
Los signos de desaceleración en Estados Unidos durante el segundo trimestre aumentaron las dudas respecto al futuro de la recuperación y reforzaron las perspectivas de alta liquidez y bajas tasas de interés globales.
Mientras que enla Argentina , a la liquidez global se le suma el relajamiento de las
metas del programa monetario del BCRA que garantiza abundante expansión monetaria para abonar el crecimiento yla inflación.
Sin embargo, alertan los economistas del Departamento de Estudios Económicos del Banco Ciudad que "a diferencia de los EE.UU. y Europa, donde el fantasma de la deflación agita el pesimismo, aquí es la persistencia inflacionaria en torno al
25% la que siembra dudas de cara al futuro".
Observan los técnicos que "el relajamiento de las metas monetarias dejó un claro mensaje político: si ocurre una desaceleración económica, aún cuando fuere por los efectos perversos de la inflación, nadie podrá reprocharle nada a las actuales autoridades. Como viene ocurriendo en los últimos años, el Banco Central se ha mostrado prescindente del fenómeno inflacionario y abiertamente dispuesto a convalidar la inflación que haga falta antes que ser culpado por una eventual desaceleración".
De ahí que sostienen en el Informe Semanal que "la dinámica inflacionaria descansa cada día más sobre las negociaciones salariales y la estabilidad cambiaria. Cualquier tensión en estos frentes, sería suficiente para subir el piso de la tasa de inflación. Una amenaza, quizás la principal, es el contexto externo".
Mientras que en
metas del programa monetario del BCRA que garantiza abundante expansión monetaria para abonar el crecimiento y
Sin
25% la que siembra dudas de cara al futuro".
Observan los técnicos que "el relajamiento de las metas monetarias dejó un claro mensaje político: si ocurre una desaceleración económica, aún cuando fuere por los efectos perversos de la inflación, nadie podrá reprocharle nada a las actuales autoridades. Como viene ocurriendo en los últimos años, el Banco Central se ha mostrado prescindente del fenómeno inflacionario y abiertamente dispuesto a convalidar la inflación que haga falta antes que ser culpado por una eventual desaceleración".
De ahí que sostienen en el Informe Semanal que "la dinámica inflacionaria descansa cada día más sobre las negociaciones salariales y la estabilidad cambiaria. Cualquier tensión en estos frentes, sería suficiente para subir el piso de la tasa de inflación. Una amenaza, quizás la principal, es el contexto externo".
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