lunes, enero 30, 2012

DE EMBAJADORES POLITICOS Y DIPLOMACIA

Por EDGARDO CARRANZA

Secretario de ADEPAUT (Asociación Civil de Defensa del Pasajero y Usuario de Transporte)

Fue miembro informante ante el Congreso de los Diputados de España a la Comisión destacada por la Cámara de Diputados de la Nación argentina ante la SEPI y el Gobierno español en 2001 a fin de evitar la quiebra de Aerolíneas Argentinas.

Voluntario de la Guerra de las Islas Malvinas


Cuando en 2004 Néstor Kirchner envió al Congreso el pliego de Carlos Bettini proponiéndolo para embajador de la República Argentina en España, una ola de impugnaciones se presentó ante la Comisión de Acuerdos del Senado. Entre otras irregularidades de las que se acusaba al personaje (recibir dádivas y ser lobbista de empresas españolas dedicadas al juego, tener la ciudadanía española habiendo jurado fidelidad a ese país, no haber votado nunca en las elecciones de nuestro país, ser miembro de una consultora junto al entonces canciller Rafael Bielsa mientras era funcionario público, siendo miembro del Ministerio Público -Jefe de Gabinete de la Procuración General - visitar a la entonces Secretaria de Política Criminal y Asuntos Penitenciarios del Ministerio de Justicia y Derechos Humanos, Patricia Bullrich, manifestando “que venía en representación, no solo de la empresa española Dycasa – que tenía intereses concretos en la licitación de cárceles que ella debía llevar a cabo – sino que podía representar a todas las empresas españolas, que él era una persona que defendía los intereses comerciales e institucionales del gobierno de España”), resurgió la del vaciamiento de Aerolíneas Argentinas perpetrado por Iberia desde la privatización – en 1990 – hasta 1996 año en que Bettini, enviado por Felipe González en 1992 como pieza fundamental en el directorio de la privatizada, fue expulsado del cargo por la administración Aznar.



Ante la Comisión, Ariel Basteiro, ex secretario general de la Asociación de Personal Aeronáutico (personal de tierra de Aerolíneas, entre otras) y entonces diputado nacional, dijo:

“El Señor Bettini ha dicho en Página 12 lo siguiente: “Soy lobbista institucional y político de los españoles y en representación de intereses empresarios” “así se definió Bettini en mayo de 2000. Me parece que ese es un tema a considerar para conocer que el paso de Bettini por Aerolíneas Argentinas tenía un claro objetivo: defender esos intereses...También es cierto que el dinero de la venta de las propiedades de Aerolíneas, ya sea de la flota, ya sea de los bienes inmuebles y de muchos muebles y autos…en fin, vendieron todo, para hacerlo gráfico, prácticamente todo lo que tenía valor fue vendido en el período 94-97, el dinero nunca ingresó a la compañía y siempre fue girado a cuentas en el exterior, en Miami, donde nunca nadie después sabía qué pasaba a partir de que era girado ese dinero a Miami, si entraba en la SEPI, si entraba en Iberia o a cuentas reservadas y privadas de muchos de los directores de Aerolíneas… Más de una vez dijimos que íbamos a seguir esta lucha hasta las últimas consecuencias, hasta llevar a la cárcel a los verdaderos responsables. Yo no tengo la culpa de que el gobierno nacional haya elegido para nombrar como embajador en España al señor Bettini, quien es uno de los responsables de la mala administración y del vaciamiento de Aerolíneas Argentinas…Me hubiera gustado poder decirle al señor Bettini una frase de Jauretche quien afirmó que <>. Y yo creo que el señor Bettini es un cipayo que nos vendió varias veces”…

Días después, en el recinto del Senado donde se trató el pliego de Bettini, la votación venía dividida y corría el riesgo de ser contraria a la designación de Bettini (Un anticipo de lo que fue la 125), lo que constituiría un papelón para el gobierno. El senador Gerardo Morales, en nombre de la UCR, tomó la palabra y expresó:



…“Entonces de lo que se trata es de que hagamos las cosas bien y la nominación del señor Bettini está muy mal. Nosotros no estamos para nada de acuerdo con esta postulación dado que le hacemos una fuerte objeción ética a su conducta. Por ello creemos que sería la peor representación que podríamos enviar. El problema de designar al señor Bettini es que él, después de tantas experiencias en su vida, no llegó a discernir lo que es ético y correcto de lo que no lo es. Para él está bien ser funcionario del Ministerio de Justicia, que tiene a su cargo la construcción de cinco cárceles, y hacer gestiones para empresas españolas a fin de que ellas sea adjudicatarias de esas licitaciones, con el argumento de que se defienden los intereses de España. Para él eso está bien. Para el señor Betiini está bien ser jefe de gabinete del Ministerio de Justicia y, a la vez, director de Aerolíneas Argentinas en representación de Iberia durante la etapa de vaciamiento de la empresa y decir muy suelto de cuerpo que <>. Para él eso está bien; para nosotros no. Para él está bien ser asesor del Procurador de la Nación y, a la vez, hacer gestiones para una de las empresas y solicitar la aprobación de los pliegos por tres cárceles pendientes: las de Salta, Santa Fe y Mercedes. Para nosotros, eso no está bien. Para él está bien recibir pasajes de una empresa concesionaria de la explotación del Casino Flotante – CIRSA – mientras era funcionario de la Procuración General que, a la vez emitió dictamen vinculado con la suerte económica de esa empresa. Para nosotros, eso no está bien. Para él es lo mismo gozar de los derechos y obligaciones que la Constitución y las leyes imponen a todo ciudadano, que no hacerlo. Para nosotros, eso está mal y no lo acredita para este cargo. Para él está bien tanto votar como no votar. Para nosotros, el hecho de no votar no está bien, porque la manera de consolidar el sistema democrático es votando y él, más que muchos – seguramente más que yo, que no fui perseguido ni Montonero – sabe cuánto costó recuperarlo. Entonces, no está bien que no haya votado. Para él está bien conservar la doble ciudadanía y para Timerman y para muchos de los aquí presentes no. ¿Por qué? Porque esto puede configurar, en alguna medida, un conflicto de intereses, y porque hay una cuestión ética que impide que este señor tenga que mantener su doble ciudadanía. Por otra parte, Bettini no tiene en claro la diferencia entre los intereses colectivos y los particulares o privados. Realmente, desde nuestro punto de vista - podemos estar equivocados pero es nuestra convicción – Bettini tiene un problema con los valores y con los principios. Por eso, nuestro partido no está dispuesto a autorizar a una persona de estas características para que nos represente en otro país… nosotros queremos manifestar nuestros fundamentos acerca de por qué creemos que es una gran equivocación del presidente Kirchner proponer a este señor para ocupar el cargo de embajador en España”.
 Era el turno del jefe de la bancada del FPV, Miguel Angel Pichetto. Asumió la defensa de Bettini frente al pleno del Senado diciendo:



…Sin dudas, si hubiera ganado el Partido Popular, Bettini no habría sido el hombre indicado para ser propuesto como embajador porque no tenía afinidad con ese partido, ya que representaba - incluso desde su pensamiento y su afinidad con el gobierno - todo lo contrario. Indudablemente , hubiera sido un gesto antipático de la Argentina proponer a un hombre como Bettini si ganaba Mario Rajoy la presidencia del gobierno español… he sido un activo protagonista de la política parlamentaria en la Cámara de Diputados y nunca escuché a la representante del gremio aéreo, Alicia Castro, ni tampoco a Basteiro, hablar de Bettini en el ámbito de las duras horas y de largas jornadas que tuvimos cuando el país se caía a pedazos en circunstancias en que la Alianza gobernante planteaba la brutal indiferencia ante lo que pasaba con Aerolíneas Argentinas”.




Sus argumentos no convencían por lo que debió sacar de la manga el as ganador*:

“…Yo he conversado con el señor Bettini con relación a la renuncia que ha hecho a la ciudadanía española (nunca comprobada). Él tiene un profundo agradecimiento hacia España…pero primó sentido de su obligación con el país. Así tomó la decisión y presentó la renuncia a la ciudadanía española…yo no hago valoraciones acerca de si la renuncia fue presentada antes o después. Lo importante es que lo hizo antes de que el pleno de este cuerpo, en el recinto, valorara debidamente esta situación con toda la documentación”…



*Ante la Comisión de Acuerdos del Senado Bettini había afirmado que no tenía pensado renunciar a la nacionalidad española “en tanto y en cuanto no sea un requisito exigido por la legislación argentina y española del Servicio Exterior de ambos países”.




El presidente del Senado, Daniel Scioli, llamó entonces a votar: Se registraron 34 votos afirmativos (incluyendo a la Senadora Cristina Fernández de Kirchner), 22 negativos y ninguna abstención.



Fue la primera vez que un pliego de embajador político recibía tantos votos negativos.

 
Antes de la votación Pichetto había dicho:



… “He sido un activo protagonista de la política parlamentaria en la Cámara de Diputados y nunca escuché a la representante del gremio aéreo, Alicia Castro, ni tampoco a Basteiro, hablar de Bettini en el ámbito de las duras horas y de las largas jornadas que tuvimos cuando el país se caía a pedazos en circunstancias en que la Alianza gobernante planteaba la brutal indiferencia ante lo que pasaba con Aerolíneas”…



Pichetto faltaba a la verdad. Alicia Castro, por ese entonces en la Cámara de Diputados, venía oponiéndose desde 1990 a la privatización de Aerolíneas Argentinas (acompañada por los gremios de Basteiro y de Ricardo Cirielli). Castro había presentado en mayo de 2001 dos proyectos ante la Cámara que fueron aprobados por unanimidad: Uno de envío a España de 5 diputados de los bloques más significativos para entrevistar a sus colegas españoles y evitar el cierre de Aerolíneas, y otro de la creación de una Comisión Investigadora del vaciamiento de Aerolíneas y Austral por parte de los funcionarios del gobierno español destacados al frente de las dos aéreas.
 El autor de esta nota – asesor en la Comisión de Transportes, viajó a España como relator ante el Congreso de los Diputados españoles sobre el tema y fue testigo de las reuniones con la SEPI (Sociedad Estatal de Participaciones Industriales) de la cual dependía el futuro de Aerolíneas. La gestión derivó en la cesión de Aerolíneas y Austral a Marsans, en una selección poco clara donde la SEPI entregó Aerolíneas y Austral a Marsans aportando 760 millones de dólares para su recuperación, dinero que no llegó a destino y por el cual están procesados los dueños de Marsans en España.
 De más está decir que los legisladores del Justicialismo y el FPV nunca acusaron a Marsans, y tampoco pusieron activa a la Comisión Investigadora.


Para la época del tratamiento del pliego de Bettini, las cosas para Castro habían cambiado, defendía a capa y espada a Antonio MATA, Ceo de Marsans en Aerolíneas, que era atacado por los gremios de pilotos, los mecánicos de APTA y por Ricardo Cirielli que se desempeñaba como Subsecretario de Transporte Aerocomercial de Kirchner. Pocos días después de la aprobación del pliego de Bettini por el Senado, Alicia Castro, acompañó al ibérico Mata, para entregar la mortaja de Eva Perón al Congreso*. Allí presentó a Mata como “un empresario exitoso que salvó Aerolíneas Argentinas para los trabajadores”. Castro intimaba con Mata mientras el gobierno impugnaba las cuentas de la compañía ante la justicia. Llegó a compartir con asiduidad un palco en el Colón con el español y su esposa.
 *Mata pagó en un remate en Europa 160 mil dólares por la mortaja con dinero que salió de las cuentas de Aerolíneas.


Para ese entonces ( y desde 2002) Castro viajaba seguido a Venezuela encandilada por el discurso anti imperialista del presidente Hugo Chávez. Tanto le gustaba declararse Bolivariana y anti imperialista, que Chávez pidió a Kirchner que la nombrara embajadora en su país. Kirchner accedió en 2006 relevando a Nilda Garré de la embajada en Caracas.

Castro tuvo un anodino desempeño como embajadora, mientras las revistas venezolanas del corazón la signaban como la novia de Chávez y empleados de la embajada denunciaban maltrato por parte de la embajadora. Los negocios con Venezuela seguían otros caminos.

La existencia de una “embajada paralela” que manejaba millonarios negocios con Venezuela quedó al descubierto tras una denuncia del embajador Eduardo Sadous. Castro declaró no conocer estos movimientos creando un manto de sospecha sobre su capacidad y las “condiciones relevantes” que la ley exige para un cargo como el que ella detentó hasta hace unos meses.



Hoy designada para (al decir del ex canciller Taiana) “lograr que Gran Bretaña se siente a negociar” por Malvinas, Castro no parece poseer las “condiciones relevantes” para lograr tal objetivo, por lo que vale preguntarse por qué la Cancillería, que posee en su cuerpo estable embajadores de carrera conocedores de las leyes internacionales y negociaciones como las que se derivarán del tema Malvinas, no optó por ese camino y si por alguien novel, poco informada, y sin capacitación o respaldo para semejante empresa.



Mientras tanto, en Londres el Foreign Office expresó que "la Argentina es un país muy importante" para Gran Bretaña. El Foreign Office se limitó a sostener: "Como miembros del G-20 compartimos con la Argentina una relevante agenda en común". Párrafo seguido, la diplomacia británica confió en trabajar con la nueva embajadora "para fortalecer la cooperación entre ambos países y mejorar el comercio bilateral". También se mencionó la necesidad de trabajar de manera conjunta entre Londres y Buenos Aires por temas como el cambio climático y la no proliferación de armas, al mismo tiempo que Gran Bretaña se mostró dispuesta a mejorar los vínculos en ciencia y tecnología”.

Todos temas de los que Castro parece no tener ni idea.

Ing. Edgardo Carranza


DNI 7.598.863




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