No hay privilegio sin norma
Por el Ing. Edgardo Carranza
Secretario de ADEPAUT (Asociación Civil de Defensa del Pasajero y del
Usuario de Transporte)
Ante el destape del Vacunatorio VIP en medio de Pandemia y a 60 días de la posible Segunda Ola del Covid, las palabras del Sr. Presidente de la Nación, abogado Don Alberto Fernández tratando dar por cerrado el escándalo de las vacunas “Terminemos con la payasada”, ofenden.
Me permito recordarle lo que una abogada amiga me manifestó: “No existe privilegio sin norma”, y “El que infringe la norma comete un delito”.
La Gauchada: Tiempo ha, cuando uno tenía algún percance, siempre había
un gaucho para ayudarlo, constituyéndose en una acción solidaria que aliviaba la tarea del damnificado.
La “viveza” criolla: Ya entrado el Siglo 20 todos pudimos ver (cual virus mortal) como la gauchada se transformaba en viveza criolla. Y sin darnos cuenta caímos en la trampa ya que quien más quien menos recurría a lo que sostuvo el presidente, adelantarse en la cola del
cine, por ejemplo, mientras los políticos acomodaban parientes en el Estado sin que tengan los antecedentes para ello.
La Corrupción: Hay varios niveles de corrupción, la mayoría de los cuales son tolerados por la sociedad. Salvo, cuando- como en el caso de Once - la corrupción mata.
Ofende ver al presidente de la nación (con minúscula o sea degradado), que tratando de “alguien que se saltea la cola” para justificar el Vacunatorio VIP, oculta que entre uno y otro hay una vida de diferencia.
Y si el Ministro “separó” 3000 vacunas para los “amigos” quisiera saber cuántas derivaron a las Provincias, y a los Municipios (O acaso los gobernadores y los intendentes serían menos en “la pavada” de vacunar a los suyos y amigos antes de los que están en la cola).
Vale recordarle lo que me manifestara la abogada: “No existe
privilegio sin norma”, esto es que si existe un privilegio debe estar normado y en el caso del “orden de prelación”, éste estaba debidamente normado. Léase que el Decreto era suficientemente claro fijando el orden de prelación de quienes y por qué tenían el privilegio de recibir la vacuna. Y en el caso entonces, “el que infringe el orden de
prelación está cometiendo un delito”, más por tratarse de una cuestión de vida o muerte para los que están “en la cola”.
Y me dio dos ejemplos. En el Código Civil y Comercial, ante una convocatoria de acreedores, el orden de prelación es taxativo (Ej en el caso de hipotecas tiene prelación la primera de ellas sobre el resto). Mientras en el Derecho Aeronáutico esto puede invertirse (Ej Una aeronave que tiene un incidente (rotura de una de sus turbinas) en un aeropuerto extranjero puede cambiarla agregando una hipoteca a la
aeronave ya bajo la hipoteca a favor del lessor y, en caso de quiebra o concurso, ésta tendrá prioridad sobre la ya existente (Esto es porque la aeronave la necesitó para regresar a su base). Como se ve en estos casos la prelación está reglamentada y esto hace al correcto funcionamiento del sistema.
Corolario: El Sr Presidente de la Nación, con el asesoramiento del Procurador del Tesoro y su equipo de abogados debió haber sacado un decreto fijando las razones de la alteración de la prelación establecida, y cómo estas deberían haber ocurrido, ya que con la “viveza criolla” con que se autorizaron las vacunaciones VIP no sólo están infringiendo el orden de prelación, sino que además esta decisión MATA, y ese creo es el peor de los delitos.
Así entonces, ante las palabras presidenciales, la demora en llegar de las prometidas vacunas, y la segunda ola que se aproxima, cada uno de los mayores “vulnerables” que él dice cuidar deberíamos dejar ante escribano, que de fallecer de Covid sus hijos demanden al Sr. Presidente por no haber respetado el orden de prelación que les pudieran haber salvado la vida.
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