La política en Chile y Argentina
Les acerco esta reflexion de Julio Godio, destacado sociólogo y columnista de mi ciclo radial "Construccion Plural", que se emite por Radio Cultura (FM 97.9) en enero y febrero sólo los lunes a las 16 hs. , retomando mayor espacio y frecuencia a partir de marzo.
Gobierno y oposición argentina dicen
identificarse con la política chilena
Por Julio Godio
Como es sabido la Concertación ha triunfado por cuarta vez en las elecciones presidenciales en Chile. Michelle Bachelet, la nueva presidenta, de origen socialista, simboliza la llegada de la mujer chilena a la principal posición política en ese país. La democracia chilena ha demostrado en sus más de quince años de vida una gran capacidad para preservar los equilibrios entre gobierno y oposición y, al mismo tiempo, autoreformularse para ir conquistando avances ininterrumpidos del hasta ahora exitoso modelo económico vigente.
Desde el primer gobierno de la concertación, presidido por el dirigente demócratacristiano Patricio Alwyn, la experiencia de esta novedosa coalición demócratacristiana, socialista y socialdemócrata ha tenido impacto sobre la política argentina.
En el subconsciente de la dirigencia política argentina subyace desde los años 90 la idea de que es necesario un pacto de gobernabilidad en la Argentina parecido al chileno. Por eso ha habido en este país diversas propuestas recurrentes pero nunca concretadas sobre eventuales acuerdos, tomando como modelos el pacto de la Moncloa o el pacto de gobernabilidad chileno mencionado.
Ahora, ante un nuevo triunfo de la Concertación y dentro de los parámetros del pacto de gobernabilidad establecido en Chile con los partidos de la derecha (UDI y PN), ante la apabullante estabilidad económica y ante la inteligencia del arco partidario chileno para sostener las llamadas “políticas de estado”, se vuelve a escuchar en los medios políticos argentinos un extraño coro de dirigentes políticos que reconocen las bondades de las prácticas políticas chilenas. Sin duda que debemos regocijarnos de estas manifestaciones políticas porque el país todavía vive los efectos de la crisis global del 2001 pero, cuando empezamos a analizar cómo esas fuerzas políticas argentinas proponen alcanzar la racionalidad política chilena, comprobamos una serie de incongruencias, dificultades y dobles discursos que lamentablemente indican que serán necesarios muchos esfuerzos para crear condiciones políticas que nos permitan concretar un pacto de gobernabilidad en nuestro país.
El kirchnerismo y el centroizquierda liberal disputan una idea política
Comencemos por analizar las posturas de las llamadas fuerzas de centroizquierda. Lo primero que verificamos es que similares propuestas de una eventual concertación política a la chilena surgen en campos políticos que hoy están enfrentados dentro de este país. Es decir, hablan de concertación a la chilena las fuerzas kirchneristas - transversales, por un lado, y los partidos UCR, ARI, Partido Socialista (PS) y otros menores, por otro. En realidad cada uno de estos sectores está hablando de su propia concertación. Piensan la concertación como modos de realización de hegemonías partidarias pero no realmente un gran acuerdo de convergencia de las distintas fuerzas que representan a segmentos electorales de centroizquierda.
Las fuerzas de centroizquierda se diferencian y combaten entre sí porque pertenecen, en este país, a “familias ideológicas” que dividen al país desde hace más de cincuenta años entre nacionalistas peronistas, por un lado, y liberales, por otro. Por eso no es fácil unir en una sola concertación a esas diferentes fuerzas políticas actuales. En realidad el kirchnerisno, que hoy es la propuesta con mayor vitalidad y mejor pronóstico, y con mayoría en el peronismo, no se ilusiona y ni tiene interés en sumar formalmente a la UCR, al ARI o al PS.
El kirchnerismo se propone crear una convergencia política con eje en el peronismo. es decir, constituir un bloque kirchnerista transversal que excluiría a sectores peronistas “ antiguos” y compitiría por el poder en el futuro inmediato con un bloque de nueva centroderecha. Estos dos bloques dividirían a este país en los próximos veinte años según plantea Kirchner con alta probabilidad. En este escenario futuro la UCR, el ARI y el PS intentarán formar una especie de concertación social liberal pero el esfuerzo quedará limitado porque los polos de atracción serán el FPV y la nueva derecha en formación. A su vez dentro del centroizquierda social liberal existen corrientes como el alfonsinismo en la UCR y el grupo de Hermes Binner en el PS que pueden terminar rompiendo con sus partidos e incorporándose a un proyecto común con el kirchnerismo.
El nuevo centroderecha intenta imitar a Chile
En la derecha argentina también se escuchan opiniones favorables a asimilar el éxito del pacto de gobernabilidad vigente en Chile:
a) para dirigentes como Mauricio Macri y Ricardo López Murphy agrupados en PROA de lo que se trata es de apropiarse de la racionalidad política chilena que ha garantizado estabilidad democrática sin abandonar los principios de la economía de mercado instalados durante el régimen de Pinochet, conteniendo y canalizando las demandas sociales derivadas de la exclusión en Chile;
b) para Macri, López Murphy y el propio gobernador de Neuquén Sobisch, la nueva derecha argentina podrá exhibirse frente al pueblo como garante de la democracia y el crecimiento si aplica en este país la fórmula inteligente que aplicó el derrotado pero fuerte candidato de la derecha Sebastián Piñera. Este no tuvo reparos durante la campaña electoral en plantear la necesidad de distribuir mejor la riqueza en Chile.
El diario “La Nación” suele resaltar los rasgos modernos de la izquierda socialista chilena y alienta al centro derecha argentino a no dejar en las manos del kirchnerismo la utilización de los éxitos logrados por la Concertación para establecer un clima favorable hacia los negocios y practicar una socialdemocracia moderada.
Conclusiones
Kirchner valora la inteligencia de la Concertación para compatibilizar en una estrategia de política exterior multilateral ser un país asociado con el Mercosur y al mismo tiempo firmar un Tratado de Libre Comercio con Estados Unidos e incorporar otros acuerdos importantísimos con la Unión Europea.
Pero Kirchner cree que el eje de su política exterior es la alianza con Brasil y que a este objetivo se subordinan los demás, incluidos los acuerdos especiales que ha firmado con Venezuela. Kirchner comprende que las necesidades de Chile están en parte fuera del radio de intereses argentinos. Las relaciones económicas y comerciales entre Argentina y Chile son excelentes. Este año habrá más inversiones chilenas en la minería argentina. También aumentarán las exportaciones argentinas desde puertos chilenos hacia China y otros países de Asia. Por eso Kirchner está interesado en avanzar más en las relaciones entre el FPV y la Concertación Chilena.
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