martes, julio 21, 2009

Eduardo Fidanza, en Construcción Plural

Diálogo con Eduardo Fidanza, sociólogo y director de la consultora Poliarquía,en CONSTRUCCION PLURAL, nuestro programa a punto de cumplir 4 años analizando la política y la economía con pluralismo por Radio Cultura (FM 97.9), los lunes a las 14 hs, con la conducción de quien suscribe, Fernando Mauri:

“Uno se puede preguntar cuáles serán las condiciones de la Argentina en los próximos meses, el año 2010, donde eventualmente la Argentina puede tener una crisis que no podemos mensurar. Estamos en un momento difícil porque hay como nuevas legitimidades que a la vez son insuficientes. El gobierno tiene legitimidad indiscutida de origen porque es un gobierno democrático. La oposición acaba de revalidar sus chances porque acaba de ganar una elección, sin embargo no conforma todavía una fuerza consistente y tenemos un horizonte que no debemos perder de vista y existe un consenso importante entre los economistas de que a la Argentina le espera alguna forma de programa de estabilización o de ajuste y entonces ahí viene el interrogante: los Kirchner van a aceptar que esto es así, o cómo se va a financiar la Argentina en los próximos meses. Entonces ahí se van a requerir liderazgos fuertes. Uno puede plantearse si ahí no va a haber un debate en torno a los liderazgos de Carlos Reuteman y de Mauricio Macri. No lo sé pero me parece que no hay que descartarlo”.

“Claramente ha habido un llamado al dialogo. Desde el punto de vista formal es una gran novedad para un gobierno que durante seis años se negó al diálogo. Sin embargo, por el otro lado hay señales de que no hay voluntad de cambiar algunas de las políticas de fondo. El llamado al diálogo creo que debe ser interpretado como un signo más de debilidad que de apertura de parte del gobierno. Pero acá se plantean varias cuestiones que son contradictorias. Al llamar el gobierno al diálogo y haber perdido las elecciones es como que se rompe un dique y cada uno de los sectores, políticos, económicos y sociales, se presentan a dialogar con sus demandas. En el mismo momento en que se democratizan las demandas y aumentan las presiones, lo que se observa es un horizonte económico muy restringido. Ahí yo veo una contradicción que va a ver que enfrentar. La Argentina en este momento tiene un descenso abrupto brutal de la actividad económica hasta reconocida en parte por el Indec, cesó le crecimiento económico, es cero. Hay un superávit comercial producto de una caída tremenda de las importaciones porque ha disminuido la actividad, hay déficit provincial y hay en general un problema de financiamiento. Hay distorsiones en los precios relativos, etc. Esta es una agenda muy complicada para un gobierno deslegitimado y con una posición todavía no consistente y para esta suerte de reactualización de todas las demandas y este anticipo de una puja entre sectores. Entonces la pregunta es cómo se induce políticamente y se procesa un escenario de estas características. Una respuesta racional va por la línea del diálogo y del consenso porque en cierta manera la oposición - y esto va a pasar a partir del año que viene y a partir de la nueva distribución en las Cámaras Legislativas- pasa a tener una responsabilidad yo no se si de gobierno pero sí de administración. Por ejemplo, se va a plantear la baja de las retenciones. Pues bien, son reivindicaciones legítimas porque uno dice muy bien, bajan las retenciones y debería recuperar el campo su dinámica, pero en el corto plazo se produce un déficit muy sensible de financiamiento… entonces, cómo se van a resolver esos interrogantes. ¿Cómo va a actuar la oposición? ¿Cómo va a actuar el gobierno? Hay una lectura egoísta del diálogo que pasa por “los llamo al dialogo porque ahora vienen los problemas y ustedes se van a tener que hacer cargo. La otra es una lectura más generosa, más consensuada por la cual todos los sectores se tienen que abocar porque la legitimidad y el poder en definitiva no lo tiene nadie, está diseminado y hay un horizonte de conflicto. Es un momento interesante para ver que van a hacer las elites políticas y económicas argentinas. Si actuara con la misma irracionalidad con la que se actuó hasta ahora o con la propensión a juego a suma cero, lo que podemos esperar no es bueno”.


"Si uno analiza los resultados electorales a nivel nacional, el panradicalismo ha quedado en torno al 30% de los votos, una cifra equivalente para el kirchnerismo, luego tenemos el PRO con un 17% aproximadamente y después un 10% o un poco más para lo que podemos llamar el peronismo disidente. Depende de cómo lo leamos: leemos el peronismo disidente junto con PRO entonces obtenemos una cifra de tres fuerzas. El kirchnerismo con el 30 %, el panradicalismo con el 30 % y el peronismo disidente más el PRO con el 27%. Esa sería una lectura con tres fuerzas pero también podemos decir que el kirchnerismo está en la decadencia entonces mejor le sumamos al kirchnerismo el Peronismo disendente y llegamos a que el peronismo tendría el 40 %, el radicalismo el 30% y el PRO alrededor del 18 %. Son lecturas distintas. Una da lugar a tres fuerzas equivalentes, otra da lugar a que pareciera más la vuelta a un esquema tradicional de la transición argentina donde el peronismo y el panradicalismo son dominantes y hay una tercera fuerza de derecha que tiene menos cantidad de votos”.

“Una lectura es el panradicalismo con Julio Cobos lo que es lo más normal, el peronismo con Carlos Reuteman pero si fueran tres fuerzas uno podría decir ¿Y (Mauricio) Macri? Pero a mi me cabe la siguiente interpretación: ¿serán tres fuerzas ó dos fuerzas? Podría suceder que si fueran dos fuerzas, el peronismo tuviera una interna entre un perfil como el de Carlos Reuteman y un perfil como el de Mauricio Macri. Son los interrogantes que vienen”.

“Habría que evaluar si de los tres presidenciables más firmes que han quedado -Cobos, Reuteman y Macri- si uno de ellos se va a excluir, si los tres se van a presentar o si dos de ellos Macri y Reuteman van a dirimir una interna. A priori parece poco probable que en algún momento Macri encabece una fuerza peronista o neoperonista pero creo que eso hay que dejarlo al análisis futuro. Por otro lado, si Reuteman estuviera en condiciones -con ganas- de encabezar al peronismo, yo lo confirmaría. Está por verse no tanto por las condiciones de Reuteman, de su capacidad política sino para que no vuelva a repetirse un episodio como el del 2002 donde se deseaba que Reuteman encabezara el PJ y finalmente no lo hizo. Tenemos que combinar hipótesis que parecen a priori más probables con hipótesis tal vez menos probables pero que yo no excluiría del análisis”.

“Una lectura de tres fuerzas equivalentes es poco probable pero efectivamente yo comparto lo que pudimos llamar hasta el 28 de junio a la noche kirchnerismo una vez que se aceptó la derrota, es una fuerza que se convierte en un agregado estadístico digamos para contar los resultados. Pero sí hay que pensar es que en ese 30% básicamente lo que hay mucho voto peronista y voto peronista del tradicional, del clásico, que deriva de los liderazgos territoriales, que deriva de los gobernadores, que se afinca en áreas geográficas que han sido históricamente afines al peronismo como el NEA, el NOA, el segundo cinturón del Gran Buenos Aires. Es razonable pensar en una reunificación de ese peronismo -que ya no sería Kirchnerista- con el peronismo que se opuso a Kirchner, con lo cual ahí tendríamos al menos un 40 % de voto peronista a nivel nacional lo que es bastante congruente con lo que ha sido la historia del peronismo, sobre todo en elecciones legislativas. Eso apuntaría entonces no a una equiparación de fuerzas pero sí a dos fuerzas dominantes. Queda la figura de Macri. Los resultados del PRO aproximadamente en el orden del 18 %, se deben al desempeño de los dos grandes distritos porque luego la relevancia y el aporte han sido muy minoritarios fuera de Buenos Aires y Capital Federal”.

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