Los probables próximos golpes de efecto K
Tras el anuncio del pago de las obligaciones externas de 2010 con reservas del BCRA -lo que para cualquier analista serio no habla sino de la endeblez acuciante en materia fiscal en tanto el Gobierno busca venderlo como demostración de solidez macro-, el kirchnerismo va por nuevos golpes de efecto en pos de retomar la iniciativa política recortada tras la corporización en el Parlamento días pasados de la dura derrota del 28 de junio último.
Ya lo blanqueó el propio Néstor Kirchner este lunes en Santa Fe: “Hay que retomar la iniciativa política para que en 2011 el pueblo retome las banderas de la victoria”.
El mismo anuncio de estas horas de pago de las obligaciones externas con reservas del BCRA reafirma la posibilidad tan hablada de que el Gobierno encare una virtual argentinización de YPF, la empresa más grande del país, a partir de acceder al paquete mayoritario de la compañía.
Otra especie suena pese a que parece poco creíble, aunque con los K nunca se sabe: el reconocimiento del 82 por ciento móvil para gran parte de los jubilados.
Asimismo, la administración K tiene en estudio la federalización del tributo a los créditos y débitos bancarios (conocido popularmente como el impuesto al cheque, establecido bajo emergencia por Domingo Cavallo bajo la presidencia del malogrado Fernando De la Rúa) buscando anticiparse a una ofensiva que el no muy consistente dispositivo de distintas fuerzas opositoras en el Parlamento procurará imponer en 2010.
Desde la creación del impuesto en el 2001, las provincias sólo reciben en forma parcial los beneficios de la recaudación del impuesto al cheque, ya que sólo se coparticipa el 30%, quedando el 70% restante, en manos de Estado nacional exclusivamente.
Así, en línea con el estratega político Dick Morris y su política de triangulación (*), Kirchner tal como ocurriera con la asignación por hijo para desempleados y trabajadores del mercado informal o en negro, lograría anticiparse a una bandera opositora y bregaría por capitalizarla como propia.
Kirchner pretende presumir que con anuncios de alto impacto emocional tenderá a reconquistar a la clase media que terminó de abandonarlo en ocasión del conflicto con el campo del año pasado. Cree además que el mejor escenario económico que se prevé para el año entrante le permitirá recuperar adhesiones. Todo ello resulta altamente improbable según la visión de los analistas políticos más serios.
Uno de ellos, el sociólogo Eduardo Fidanza, director de la consultora Poliarquía, cree que “Kirchner no va a resignar fácilmente ya sea en el gobierno o en el llano ser un actor importante, pero la historia argentina indica que la decadencia política de popularidad nadie la ha revertido. Y excepto (Raúl) Alfonsín desde 1983, todos los ex presidentes en su decadencia han tenido que afrontar procesos por corrupción, y uno piensa que a Kirchner podría pasarle lo mismo".
(*) La "técnica de la triangulación" determina que un partido o dirigente político A toma temas tradicionalmente propios de la agenda del adversario político B, buscando enarbolarlos como propios y relevantes. De esta manera, A puede llegar a hacerse con un buen porcentaje de votantes indecisos o poco convencidos, encogiendo así el campo de acción del contrario B, pues éste ve solucionados aquellos problemas por los que normalmente luchaba. Para algunos analistas, George W. Bush volcó las elecciones con las que ganó la presidencia.
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