Denuncia y tragedia
Por Eduardo Zamorano
Abogado - Master en Inteligencia estratégica por la UNLPColumnista de CONSTRUCCION PLURAL, el programa radial de Fernando Mauri.
El miércoles 14 de enero
de 2015 se conoció una denuncia del fiscal Alberto Nisman, imputando
como encubridores del atentado a la AMIA a estas personalidades:
Presidenta Fernández de Kirchner, Canciller Timerman, diputado
Larroque, y Sres D´Elía, y Esteche. Asimismo, entre los denunciados hay
un número indeterminado de agentes de la Secretaría de Inteligencia
cuyos nombres no trascendieron por ser información clasificada según la
ley que regula esta actividad.
La
denuncia no fue publicada, tendría 300 fojas, y estaría acompañada de
pruebas que le brindarían sustento (mayormente conversaciones
telefónicas grabadas pero también alguna documentación).
Cuatro días después, el fiscal murió de un tiro en la cabeza en el baño de su departamento.
Naturalmente,
no me ocuparé de la denuncia por la elemental razón que ignoro su
contenido; por iguales motivos, no opinaré sobre su verosimilitud,
oportunidad, mérito o conveniencia.
Menos aún incursionaré sobre el ¿suicidio? del funcionario.
El
objetivo de esta nota es hilvanar la información propalada en forma
desordenada por los medios, incluir algunos datos omitidos, y buscar un
punto de partida racional para aproximarnos a lo inexplicable.
EL ATENTADO Y LAS PISTAS
Con posterioridad al atentado contra la AMIA, se abrieron dos caminos de investigación.
Uno
se orientaba a Irán como inspirador y financista de la incursión,
actuando a través de la guerrilla chiita libanesa Hezbollah. Aquí la
maniobra habría sido coordinada desde la embajada del país islámico por
su “agregado cultural” Moshen Rabbani, con apoyo de gente ligada al
empresario Jorge Alejandro Khalil (una suerte de embajador en las
sombras de Irán). Hubo infinidad de comunicaciones telefónicas, e
incluso encuentros filmados, entre ambos personajes. Es dable recordar
que, desde la agresión dinamitera a la Embajada de Israel, la SIDE
ejercía vigilancia sobre los diplomáticos iraníes destacados en la
Argentina. En este supuesto, la causa habría sido el desmantelamiento
del proyecto “Misil Cóndor” prometido a Irán.
Otro
propiciaba que sus autores provenían de Siria con apoyo de argentinos
de ese orígen; el detonante de esta última postura fueron los llamados
desde el celular del empresario textil Alberto Kannore Edul, ligado al
entonces Presidente Menem, al teléfono de línea de Carlos Telleldín (ex
reducidor de autos, informante de la policía bonaerense, y actual
abogado) en las vísperas de la voladura de la AMIA. Aquí el orígen se
ligaba a una venganza contra Menem, en cuya campaña electoral habría
existido un apoyo dinerario sustancial del presidente sirio Al Azad, por
desentenderse de las contraprestaciones pertinentes una vez alcanzada
la presidencia de la Argentina.
En
cualquiera de ambos supuestos, se aceptaba como muy probable una suerte
de “conexión local” (se sospechaba de logística policial o militares
carapintadas) que ayudó a consumar el acto terrorista.
La
malhadada investigación del Juez Galeano se “orientó”, rápida y
sugestivamente, hacia esta presunta “conexión local” so pretexto que
descubierta la misma, dicha circunstancia llevaría a los autores
principales e inspiradores -que, insisto, aunque difiriendo sobre sus
procedencias, se concordaba que eran extranjeros-.
La
actuación de Galeano terminó en un desastre vergonzoso; sus superiores
en el Poder Judicial anularon todas las actuaciones procesales,
liberaron a los policías presos, y hoy existe una causa por
encubrimiento que involucra: al mentado ex juez, Menem, Corach, el
policía Palacios, y varios personajes menores.
Ya
presidente de la República, Néstor Kirchner se volcó a la pista iraní,
designó a Alberto Nisman como fiscal ad hoc, y le plantó al Ingeniero
Antonio Stiusso, agente “estrella” de la SIDE, como asesor de cabecera.
Durante
la primera presidencia de Cristina esta línea permaneció inconmovible,
se acusó a Irán ante importantes foros internacionales y se obtuvieron
las famosas circulares rojas de INTERPOL que todavía impiden a la alta
plana iraní imputada por el crímen salir de su país so pena de ser
capturados y enviados a la Argentina.
Por
lo menos públicamente esta tesitura diplomático-judicial se mantuvo
hasta el sorpresivo y cuestionado “memorando” de comienzos de 2013,
firmado en Etiopía por el Canciller Timerman y su par iraní.
LAS INTERNAS EN LA SECRETARÍA
La
Secretaría de Inteligencia-S.I. (ex SIDE) es una dependencia
elefantiásica, desproporcionada en tamaño y recursos (no controlados o
auditados por organismo alguno) si se atiende a la población e hipótesis
de conflicto de la Argentina en comparación, por ejemplo, con las
agencias similares francesa, española o alemana.
Historiar
su trayectoria daría para numerosos tomos de una eventual enciclopedia,
tarea fuera de las intenciones y posibilidades materiales de este
escriba.
No
obstante puede hacerse una somera referencia al conflicto que brotó
dentro del secreto organismo en los últimos tiempos; en su núcleo
profesional directriz se habían formado dos grupos. Uno de ellos
reconocía a su máximo referente desde 2001: el Ingeniero Antonio Horacio
Stiusso (cuyo nombre de cobertura era Jaime Stiles, y su apodo
“Jaimito”). El sector rival se recostaba, entre otros, sobre el Jefe de
la Dirección de Reunión de Información, Fernando Pocino.
La principal divisoria de aguas se generó en torno al referido memorando con el objetivo de “esclarecer” el atentado terrorista contra la Amia.
Stiusso, sostenedor a ultranza que la maniobra fue orquestada por Irán, estalló en cólera cuando se implementó la línea de “colaboración” con ese país mediante el documento aludido.
El
otro grupo, por el contrario, se encolumnó disciplinadamente en torno a
la nueva y -admitámoslo- insólita estrategia diplomático-judicial
adoptada por el Poder Ejecutivo.
A
partir de ese momento, el Ingeniero cayó en desgracia con el Gobierno y
para incentivar su rencor se produjo la espectacular entrada en escena
del General Milani, experto militar en Inteligencia que amenazaba
convertirse en el nuevo “hombre fuerte” del rubro.
Desde
las entrañas del gobierno surgían insistentes versiones respecto a que
Stiusso jugaba contra los objetivos e intereses del modelo.
Consecuentemente, un mes atrás se descabezó a toda la cúpula de la SI,
incluso a los dos funcionarios políticos de estrechísimo vínculo con el
ex Presidente Néstor Kirchner, Icazuriaga y Larcher, quiénes fungían
como “Señores 5 y 8” respectivamente, usando la jeringonza interna de la Casa.
Entre
sus múltiples y delicadas funciones, el Ingeniero “Jaime” era el nexo
fundamental entre la Inteligencia vernácula con la CIA y el MOSSAD, así
como el proveedor esencial de información al Fiscal Nisman en su
investigación del atentado. Ambos coincidían en la hipótesis iraní y en
el frontal repudio al memorando que -también hay que sincerarlo-
convertía la pista, hasta entonces “oficial”, en una burla absurda.
Un
importante punto a dilucidar en toda esta trama patética es conocer si
Stiusso le había proporcionado a Nisman todo el material que tenía en su
poder, ó luego de ser violentamente defenestrado de su altísimo cargo,
decidió blanquearle datos que atesoraba en reserva o como salvaguarda,
los cuales habría precipitado la intempestiva denuncia del Fiscal.
Luego
de la muerte de Nisman cabría una tercera conjetura: la “venta de
pescado podrido” por parte del Ingeniero (más allá de las novelas de Le
Carre, en el espionaje los dobles o triples agentes no son una
excepcionalidad), intoxicando al fiscal con elementos falsos,
circunstancia que al evidenciarse lo habría llevado al suicidio -en el
supuesto de aceptarse como válida esta posibilidad-.
LUIS D´ELÍA
Hay
personas del común pero también comunicadores de fuste que, obnubilados
por el prejuicio y esclavos de las apariencias, consideran que D´Elía
es un aventurero inculto y políticamente precario. Nada más alejado de
la realidad.
Es
profesor de Enseñanza Secundaria recibido con medalla de honor en el
Instituto del Profesorado Manuel Dorrego de Morón en 1986; asimismo, fue
militante durante años del Partido Demócrata Cristiano, docente en
varias escuelas, responsable del área cultural de SUTEBA (Sindicato de
maestros bonaerense) y cuadro sindical importante en la Central de los
Trabajadores Argentinos-CTA cuando la dirigía Victor De Gennaro.
El
personaje adquirió popularidad como piquetero, con el célebre corte de
la Ruta 3 en tandem con la Corriente Clasista y Combativa.
Posteriormente, su notoriedad aumentó al convertirse en una de las
principales espadas kirchneristas, tanto en la calle como la polémica.
Sin
perjuicio que -como puede verse en la síntesis anterior- no es un
improvisado, su figura genera rechazo y antipatía en vastas franjas
sociales. Uno de los motivos que alimenta su mala imagen es la acusación
de antisemitismo.
Sin
profesar empatía alguna por este sujeto, no suscribo esa imputación
aunque es pública su indiscutible aversión hacia la política israelí,
así como una identificación plena con la causa palestina. Pero quizás lo
más inquietante es el denodado activismo a favor de Irán.
Por
ejemplo: en agosto de 2013, durante una reunión en la mezquita
At-Tauhid, se jactó de sus contactos con la agrupación Hezboláh, basada
en el Líbano, fuertemente ligada a Irán, y señalada (en la “pista”
Nisman) como la que operó el atentado a la AMIA por mandato de la
teocracia iraní.
FERNANDO ESTECHE
Luego
del incomprensible y desastroso ataque al cuartel de La Tablada por el
Movimiento de Todos por la Patria-MTP, algunos integrantes periféricos y
simpatizantes se reagruparon en 1996, año en que fundaron el denominado
“Movimiento Patriótico Revolucionario Quebracho”.
Como
en el caso de su malograda antecesora, entre sus miembros había
personas que habían desarrollado una incipiente militancia en las ya
disueltas organizaciones setentistas: Montoneros y ERP, cuyo accionar
discretamente reinvindicaban.
En
el secundario sufrí con la geometría aunque logré incorporar la noción
de que las líneas paralelas no se cruzan. En la materia que nos convoca
parecería que, debido a sus obvias diferencias, la SIDE y Quebracho
jamás podrían cruzarse como no fuera a los tiros.
Sin
embargo la geometría nada tiene que ver con la política. Luego del
colapso de fines del 2001 y las puebladas que le sobrevinieron, siendo
Subsecretario de Inteligencia el ex Intendente de San Vicente, Antonio
Rodríguez (íntimo amigo del Presidente interino Eduardo Duhalde), se
produjo un fenómeno inesperado en la llamada “Base Billinghurst” de la SIDE (es un edificio enorme que está a treinta metros del cruce de dicha calle con la Avenida Las Heras).
Sus
atildados agentes -usualmente de riguroso saco, corbata, y los
consabidos anteojos negros- que recortaban diarios buscando el sentido
subyacente o mensaje cifrado de ciertas noticias, fueron sobrepasados
por un auténtico -diría un “gorila”- “aluvión zoológico”.
En efecto, ingresaron jóvenes y algunos no tanto con inconfundible
facha suburbana, vestidos al descuido de jean y zapatillas gastadas, no
pocos pelilargos y barbudos, varios con la mano pesada y rápidos para
los mandados.
Se los apodó “Los Callejeros”
(sin alusión al tristemente conocido grupo musical) y su misión fue
mimetizarse en los piquetes y protestas, obtener información tendiente a
neutralizarlas y cooptar a los nuevos dirigentes. Hay quiénes aseguran
que entre los primeros “Callejeros” estaba el quebracho Fernando
Esteche.
Como
D´Elía, Quebracho apoya la causa palestina y es hipercrítico de la
política de Israel. También fueron acusados de antisemitas, a lo cual,
entre otras consideraciones, afirmaron: “No negamos el holocausto judío, pero tampoco aceptamos que se niegue el holocausto palestino” .
ALBERTO NISMAN
Durante
el fin de semana hubo en los medios profusión de datos, personales y
profesionales, sobre el fiscal, así que me abstengo de escribir al
respecto.
Esta mañana de lunes me conmueve
con su muerte a escasas horas de la programada presentación ante la
Comisión de Legislación Penal de la Cámara de Diputados para dar
detalles y presentar las pruebas de su denuncia.
Empleo el verbo “conmover”;
mi intención original era utilizar “azorar” o “impresionar” o
“espantar”, sin embargo los fantasmas de Yabrán, Cattaneo, Estrada,
Lourdes Di Natale y tantos otros me recordaron que vivía en la
Argentina.-
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