"El Gobierno creyó que le declaraba la guerra a Patrón Costas y terminó peleando con De Angeli"
Por Rodolfo Terragno - ex senador nacional
La tecnología ha revolucionado, en los últimos años, la producción agropecuaria y, como consecuencia, ha producido cambios en la estructura de propiedad y en la organización social del campo; cambios tan profundos que gran parte de la dirigencia política no pudo absorberlos, y todavía no puede absorberlos.
Tradicionalmente, la agricultura era extensiva. Hacía falta mucho campo para producir. Usted recuerda que se calculaba una hectárea por cabeza de ganado; y que para producir una tonelada de girasol, maíz o soja, hacían falta grandes extensiones.
Entonces había terratenientes de un lado y peones del otro. La estructura social del campo era como un fresco mexicano, de Siqueiros o de Rivera. Una de las medidas más importantes que tomó Perón en 1944, cuando era Secretario de Trabajo y Previsión, fue promover el Estatuto del Peón Rural.
Todo eso fue cambiado por la tecnología, por los nuevos modos de producción, por las nuevas formas de organización empresaria. La cría en corral (el feed lot), las semillas genéticamente modificadas, los herbicidas de amplio espectro, la siembra directa... Se dio, exactamente, esa revolución agro-tecnológica que yo había pronosticado, en 1985, en el libro La Argentina Siglo 21; no porque yo tuviera la bola de cristal sino porque las perspectivas de la biotecnología ya estaban muy claras en el mundo. Y se dio lo que tenía que darse: Hoy con
¿Y ahora qué pasa? Ahora, un gran productor agropecuario es igual que un industrial, que no quiere tener grandes activos fijos; que terciariza su producción; que arma cadenas de valor; que ni siquiera quiere tener la propiedad total de su propia empresa; que diversifica sus inversiones.
Entonces, usted ve un campo sembrado y piensa que el dueño debe ser un equivalente agrario de Henry Ford; y no: es el equivalente agrario de una PYME que fabrica autopartes. En las cadenas de valor, los grandes, los medianos y los pequeños dependen los unos de los otros. En este mundo, Robin Hood se marea. Es lo que le pasó a las autoridades nacionales, que creían que le estaban declarando la guerra a Patrón Costas y terminaron peleando con De Angeli.
0 Comentarios:
Publicar un comentario
Suscribirse a Comentarios de la entrada [Atom]
<< Página Principal