martes, enero 26, 2010

“Detalles” que no se nos pueden escapar

Por Raúl Ochoa
Economista, ex subsecretario de Comercio Exterior

En la vorágine de noticias de este enero atípico, creo necesario subrayar un aspecto sobre la suspensión del viaje de la presidente a China que pasó de largo sin mayores comentarios.

Desde ya que cancelar dicha gira de 10 días -3 días antes de su inicio- es un hecho siempre grave y lamentable aún en el supuesto de que se tratara de un país de escaso peso en el orden internacional, ya que las relaciones entre los estados, desde hace siglos, se basan en reglas escritas y no escritas, de mutua conveniencia basadas en jerarquías de quienes concurren a determinadas reuniones preestablecidas con suficiente antelación.

En el caso chino en particular, este aspecto es crucial dado que se trata de un estado gobernado centralmente y donde además por razones culturales cada acto en lo formal tiene un peso decisivo a la hora de establecer la prioridad de las relaciones con cada país. Así internamente China define -y lleva adelante sus acciones específicas- en países pares (EE.UU., Rusia) estratégicos (Unión Europea, Japón, India, Corea, Brasil, Australia, países asiáticos del ASEAN), socios de interés comercial (Chile, Venezuela, Sudáfrica, México, naciones árabes) y el resto. Nuestro país apuntaba para socio comercial pero la impericia en el manejo de la relación a partir de la visita de Hu Jintao -2004- alejó esa perspectiva. La gira presidencial cancelada era primordial en el sentido de poner a la Argentina en el radar chino y tratar de darle mayor peso a la relación.

Sin embargo, un hecho debería indicarnos cómo nos ven desde la óptica china, que se asemeja significativamente a los esquemas que ellos utilizan con los países africanos. Dentro de los acuerdos que deberían firmarse en Beiging se encontraba el de la compra de material ferroviario chino para la modernización de éstos -y en especial el Belgrano Cargas- por una cifra estimada en 3.000 millones de dólares a pagar con crédito chino hasta 10 años de plazo. No he visto una sola observación del lado argentino -oposición/economistas- sobre esta operación directa Estado - Estado, así como tampoco sobre si no correspondería licitar este material y aún si existe una industria nacional que pueda ser parte de esta operación.

Este modus operandi se basa en los memorándums de Entendimiento firmados por la Argentina con China, pero lo cierto que operaciones de esta magnitud son similares a las que internamente se han llevado a cabo por ejemplo importando llave en mano adquisiciones de centrales de energía eléctrica o comprando gas oil o fuel oil de Venezuela para cubrir faltantes de gas, argumentando siempre razones de necesidad y urgencia.

En el medio de “tanto ruido”, los “detalles” se escapan.

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