sábado, febrero 18, 2017

De zapatos a chancletas


Por Enrique G. Avogadro
Abogado - Analista polìtico
Columnista de CONSTRUCCION PLURAL
www.avogadro.com.ar


       “No me importaba aparecer como inteligente o limitado sino aprender la lección para dirigir mejor la acción de gobierno”. Roberto Augusto Ulloa.


Mauricio Macri comenzó su período con un par de zapatos tan bien lustrados que permitían reflejar,  bajo las faldas de Cristina, las negras intimidades del kirchnerismo. Fue una pena que ese panorama estuviera restringida sólo al Presidente y su círculo más íntimo, y que nadie (seguramente por consejo de Jaime Durán Barba) se tomara el trabajo de mostrárselo a la ciudadanía, que así se vio impedida de percibir la catastrófica magnitud de la herencia que la noble viuda había dejado.  
 

Para cualquiera medianamente avisado, era natural y justificado que, a medida que el Gobierno caminara por los encharcados senderos económicos y políticos, el brillo se iría apagando, como sucede con todos los regímenes cuando termina la luna de miel que acompaña sus comienzos. Pero nadie pensaba que Macri se vería obligado a quitarse de apuro los zapatos y calzarse las chancletas para recular.

 Tengo certeza de la buena fe y la honestidad del Gobierno y, cada vez que me desesperan algunos de sus actos, pienso qué sería de nuestro país si quienes hoy estuvieran sentados en la Casa Rosada fueran Daniel Scioli y Carlos Zannini, acompañados desde La Plata por nada menos que Anímal Fernández. Aún así, me resulta imposible entender por qué actúa como lo hace.

 Mauricio sabe, desde que ganó la elección, que le tocaría gobernar sin mayoría en las cámaras legislativas, y también sabe que la consecuente obligación de negociar permanentemente es una de las piedras basales de la democracia. Tuvo enormes éxitos iniciales en la materia, ya que la oposición le permitió hacerse con las leyes necesarias para salir del cepo cambiario, solucionar el tema de los holdouts, contar con un presupuesto, etc.

Pero, por ejemplo, si –como luego quedó demostrado- no necesitaba pasar por encima del Congreso para que sus irreprochables candidatos a integrar la Corte Suprema de Justicia fueran confirmados, ¿para qué recurrir a un decreto de necesidad y urgencia que estuvo al borde de inhabilitarlos? O, si el feriado del 24 de marzo caerá en fin de semana los próximos tres años, ¿para qué “movilizarlo” si luego se retrocederá?

La solución que encontró el Ministro de Comunicaciones, Oscar Aguad, para poner punto final a la demorada cuestión del Correo Argentino, con su privatización durante el menemismo y la absurda rescisión de su concesión por el kirchnerismo, fue técnicamente correcta. Sin embargo, dado que el concesionario era una empresa perteneciente a la familia Macri, padre, hermanos e hijos del Presidente, la forma en que se llevó a cabo –ad referéndum de la Cámara Comercial- fue un monumental error político. Para enterrarlo, y puesto que estamos en un año electoral, no bastará con volver –algo irreal- a foja cero, como dijo Mauricio al asumir acertadamente la responsabilidad del Gobierno en el cuestionado trámite; la oposición, que siempre y en cualquier época es salvaje, se ocupará de ello.

La modificación de la fórmula de cálculo de los incrementos jubilatorios, un cambio ajustado a la ley vigente, fue otra equivocación mayúscula, en especial por la oportunidad en que fue comunicada, una semana en que se produjeron fuertes aumentos –también justificados- en peajes, medicina prepaga, etc., y anuncios de futuras subas en precios de combustibles. Nuevamente, Macri retrocedió, pero sólo cuando el enorme costo político ya había sido pagado.

La tercera mala señal fue todo el recorrido del acuerdo firmado por el gremio de los bancarios con la patronal, que el Gobierno pretendía no homologar porque supera la pauta máxima de incremento salarial que pretende para todas las paritarias, alineándolas con la inflación prevista; ante la amenaza de una huelga de tres días hábiles, debió también recular y aceptarlo. El próximo puente a cruzar serán las negociaciones con los sindicatos de maestros, que vuelven a disfrazar su recalcitrante kirchnerismo con la defensa de la educación, mientras perjudican dolosamente a los chicos más necesitados, a los que utiliza como rehenes.


Lo peor de esos sucesos es que lograron empañar un excepcional logro del Gobierno, que consiguió que muchos argentinos confiaran tanto en el modo en que conduce la economía como para invertir sus ahorros en bonos en pesos, a diez años y a una tasa del 13%, todo ello en un cuadro mundial sumamente cambiante y riesgoso..
 
Tengo la impresión de que Macri no quiere asumir, de una vez por todas, el rol que la sociedad le atribuye, y que le confió con sus votos en los mayores distritos electorales del país. Sigue buscando la imposible simpatía del populismo demagógico en todas sus formas, sea el PJ mutante de Diego Bossio y Julián Domínguez, el Frente Renovador (¿reciclador?) del trashumante Sergio Massa, el GEN de la inconsecuente Margarita Stolbizer o en la trasnochada izquierda nacional. Habrá que ver cuál será el costo que pagará por ello Cambiemos en octubre, cuando se expresarán los muchos que eligieron un cambio en 2015 y hoy miran con desilusión este errático rumbo.

No soy quien para dar consejos a la coalición gobernante ni, menos aún al PRO pero, desde mis setenta años muy vividos y con muchos adoquines pateados, me permito sugerir a Cambiemos volver a reunirse en un retiro “espiritual” (tal vez aprovechando el feriado carnavalesco), empaparse de calle y replantear su errática gestión, su medrosa actitud frente a la oposición y la forma en que se comunican las acciones de gobierno.

 Macri dijo muchas veces que, al llegar al poder, terminaría con el “curro” (sic) de los derechos humanos pero, ya sentado en la Casa Rosada, tiembla ante las previsibles quejas de los delincuenciales organismos que, a caballo de los sueños compartidos y de las inexplicables indemnizaciones, sienten en riesgo su futuro: mamar irrefrenablemente de la teta estatal y continuar la más abyecta venganza contra aquéllos que impidieron que triunfaran en su guerra de terror y nos convirtieran en la Cuba castrista.

La pusilánime actitud del Gobierno ante la inaguantable existencia de presos políticos en la Argentina, cincuenta y uno de los cuales han muerto desde el 10 de diciembre de 2015, obliga a pensar que debiera recurrirse a un referéndum para preguntarle a la ciudadanía si está interesada en enterrar el pasado y extender un manto de piadoso perdón sobre todos aquéllos (incluyendo a César Milani, la más clara prueba de la falsedad kirchnerista, su justicia “tuerta” y su manipulación de los derechos humanos, que debieran amparar a todos los argentinos) que combatieron hace ya cuarenta años. Para nuestra vergüenza, en Uruguay la pregunta se formuló dos veces y, en ambas, la respuesta fue inequívocamente afirmativa.


 

viernes, febrero 17, 2017

Macri retrocede con el correo, el descuento a los jubilados y avanza con reformas laborales


Por Julio C. Gambina
Presidente de la Fundación de Investigaciones Sociales y Políticas
Columnista de CONSTRUCCION PLURAL



El escándalo estalló cuando se conoció el arreglo entre el Estado y el grupo Macri por las deudas del Correo. Una licuación impúdica de la acreencia. Más allá de cualquier detalle y monto en cuestión, el arco de oposición se amplió hasta impensados personajes de la política y prensa favorables al PRO y a Cambiemos.

Claro que el tema “Correo” retrotrae la discusión al momento de la privatización de la empresa en la década del 90 bajo la presidencia de Carlos Menem, a la quiebra solicitada en medio de la gran recesión que desembocó en la crisis del 2001 y la re-estatización (para re privatizar) en 2003, ya con gobierno de Néstor Kirchner.

La deuda y el conflicto se arrastran desde comienzos del siglo y pone en evidencia la capacidad de una burguesía y capital local transnacionalizado, que hace negocios amparados en el sostén del Estado capitalista. Válido en gobierno constitucionales o no.

El grupo Macri no pagaba el canon comprometido por la privatización del Correo y luego de la quiebra continuó gestionando sin cancelar pagos. La deuda acumulada es gigantesca y mayor aun con el perdón sucesivo (aun en conflicto por trámite no terminado). Pasa el tiempo y el Grupo Macri, accionista la familia, se beneficia hasta que encuentre una ocasión favorable para el cierre del caso.

Parecía ideal el momento para negociar con un Macri, Mauricio (el primogénito del Clan), en la Presidencia de la Argentina, aun cuando se sostiene que la negociación no involucraba al jefe del Poder Ejecutivo.

El escándalo escaló en la consideración pública y tras largos días de instalación en la prensa, el presidente informó que la situación volvía a foja cero. Habrá que ver, ya que el proceso negociador se enmarca en trámites judiciales con un recorrido que ahora debe revisarse.

La primera conclusión es que sin control judicial, mediático, político y social, la impunidad avanza y tiene costo fiscal elevado que compite con demandas sociales insatisfechas.

Si pasa se avanza, si no, esperemos a mejor momento

Ya es costumbre en el gobierno Macri el intento de avanzar con posiciones de máxima y luego retroceder ante la presión social si es masiva y determinante.

Existen ejemplos desde el inicio de la gestión en el intento de nombrar integrantes de la Corte Suprema de Justicia por Decreto. Finalmente lo logró con acuerdo parlamentario.

Más reciente intentó modificar la conmemoración del golpe del 24 de marzo del 76 como si se tratara de un feriado a mover en la semana. La crítica masiva lo llevó a la reconsideración, vaya uno a saber hasta cuando, lo que impone una gran movilización conmemorativa del 41° aniversario del golpe genocida.

En esas horas en que se debatía el tema Correo, desde la Administración Nacional de la Seguridad Social, ANSES, se intentó corregir a la baja el ingreso previsional de millones de jubilados. Ante el reclamo generalizado y pese a la insensibilidad del Gabinete que aludía “apenas son 20 pesos”, Macri anunció retrotraer la situación del Correo y de los jubilados. Algunos quisieron fundamentar que el FMI demandaba acciones para bajar el gasto en seguridad social y previsión, intentando desplazar la responsabilidad.

Sin duda, es un logro de las denuncias y la ampliación de las protestas, pero a no engañarse, Macri retrocede reconociendo errores, pero en simultáneo avanza en las reformas estructurales que puede, caso de las ART.

Recordemos que a fines del año pasado el Senado de la Nación había dado media sanción a la modificación al régimen de riesgos del trabajo. El argumento era la elevada cantidad de juicios relativos al tema. Nada se decía ni se dice sobre el tema central que son los riegos laborales de trabajadoras y trabajadores.

Como el tiempo pasaba y por razones de conveniencia política se resolvió aprobar la modificación por Decreto de Necesidad y Urgencia. La protesta se extendió y Macri no tuvo más remedio que convocar a sesiones extraordinarias. Con ello volvió sobre sus pasos y con complicidad opositora y aval del triunvirato de la CGT, la ley modificada fue aprobada.

La ley que modifica el régimen de riesgos del trabajo es favorable para las patronales y las Aseguradoras de Riesgo del Trabajo (ART), un gran negocio que confronta con el objeto originario de la ley en prevención del riesgo laboral.

Existe plan económico y hay que confrontarlo

No es cierto como algunos sostienen que “no hay plan económico ni rumbo”, la orientación es profundizar el cambio económico regresivo, con Prat Gay o con Dujovne; con Melconian o González Fraga; con Sturzenegger o con quien sea.

En esencia, es la lógica del plan sistemático de hace cuatro décadas y afianzado en los 90. Esos fueron tiempos de consolidación del Grupo Macri, que hoy potencia desde la gestión Macri. Además, ahora Donald Trump alude al papel de liderazgo que Mauricio Macri puede jugar en la región, según dice la Casa Blanca en el informe luego de la conversación telefónica entre ambos presidentes.

Así se explica la discusión en torno a las actualizaciones de los ingresos de los bancarios. No se quería convalidar actualizaciones salariales más allá de la pauta imaginada desde las autoridades y las patronales. La protesta de los bancarios y el clima social definió un acuerdo.

Acaba de celebrarse, en este marco de contradicciones, idas y vueltas de medidas del gobierno, el acuerdo con los bancarios para obtener un 4% a enero por recomposición salarial derivada de la inflación del 2016; y un 19,5% retroactivo a enero como actualización por 2017, sujeto a reconsideración según la evolución del costo de vida. En total un 24,3% más algunas bonificaciones.

Recordemos que el acuerdo había sido suscrito en noviembre del año pasado y el Ministerio de Trabajo negaba su homologación. El anuncio de un paro por 72 horas motivó el arreglo en un marco de extensión de protesta de la sociedad por variadas razones.

Todos los retrocesos y avances ocurren en simultáneo, producto de una lucha de clases en donde se despliegan variadas iniciativas políticas en uno u otro sentido.

La cuestión de fondo desde el gobierno Macri apunta a modificar reaccionariamente la legislación laboral y los derechos de los trabajadores.

Algunos dicen que eso no es novedad en el capitalismo, sin embargo, la correlación de fuerzas en determinados momentos de la historia define derechos para la mayoría social que vive de su trabajo.

En la coyuntura, con una feroz ofensiva del capital sobre el trabajo queda demostrada que se puede poner freno a ciertas groseras iniciativas como la impunidad del caso Correo y el intento por disminuir los ingresos previsionales.

Ahora, la batalla está centrada en la docencia y por el tipo de educación, de ciencia y técnica, cuando el ministro del área científica, con 10 años de antigüedad en el cargo, señala que hay que reorientar la política de investigación.

Los jóvenes investigadores supieron ganar la calle y la solidaridad social en diciembre pasado, El gobierno pateó el tema para el 2017 y todo indica que es necesario continuar instalando socialmente la cuestión de una ciencia y una técnica para la emancipación.

Trabajadores docentes e investigadores constituyen el próximo round contra la política de ajuste y disciplinamiento de trabajadoras y trabajadores. La realidad de estos días demuestra que con unidad de acción movilizada puede revertir el intento del gobierno Macri.

Buenos Aires, 17 de febrero de 2017

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