martes, mayo 11, 2021

La paradoja de las poblaciones y las estadísticas

 Por LISANDRO ZAMORANO
Investigador


Entre 2011 y 2050, se estima que la población mundial crezca 2.3 billones, pasando de 7 billones a 9.3 billones. Al mismo tiempo, se espera que las zonas urbanizadas superen los 2.6 billones, ascendiendo de 3.6 billones en 2011 a 6.3 billones en 2050. En este aspecto, hacia el 2030, una gran parte de la próxima población mundial está siendo pronosticada para desarrollarse en las ciudades en crecimiento de las regiones pobres de África y de Asia, así como las de América del Sur. 

África y Asia están urbanizándose más rápido y una magnitud mayor con respecto a otras regiones del mundo. Mientras se espera un incremento en la cantidad de ciudades con elevada densidad poblacional, se espera que contengan, de acuerdo con la misma proporción de la población urbana mundial, alrededor de un 15 %.

  El más reciente reporte de urbanización de las Naciones Unidas (ONU) resalta que más de la mitad de la población mundial ahora vive en ciudades en comparación a un 30% hace 50 años y a un 10% hace 150 años. Sin embargo, las proyecciones de población urbana del mundo y regionales realizadas por la ONU han recibido varias críticas, debido a que se han dado índices de crecimiento desproporcionados en relación a los pronósticos hacia 10 o 20 años en adelante, además de que en el marco de la ONU existe una falta de consistencia para definir poblaciones urbanas entre lo que representan los distintos países. Por otro lado, todo el ámbito que está involucrado en efectuar algún tipo de proyección (censos, reportes, estadísticas), ya sea demográfica o económica, se encuentra poco dispuesto a realizar dichas proyecciones en un plazo no superior a pocas décadas hacia adelante. Esto se debe a la incertidumbre que es introducida por procesos de duración media a alta, que aumenta considerablemente más allá de los 30 o 40 años. En este sentido, todas las disciplinas científicas enfrentan desafíos metodólogos. Mientras algunos de estos desafíos no son fácilmente superados, el argumento general para la cooperación interdisciplinaria también aparece en el área de las proyecciones de urbanización mundial, que han sido y seguirán siendo un disparador para otras proyecciones a escala global.

     La ausencia de una definición consistente de poblaciones urbanas y sobre qué significa esto en el caso puntual de cada país se ha vuelto un escollo, potencialmente costoso y cuyos resultados han sido inconsistentes. Este obstáculo impera en la interpretación de las proyecciones globales. Además, desde la que las proyecciones de urbanización son, en gran medida, dependientes del total de las proyecciones de población y sus observaciones, es necesario partir desde los avances en el modelo de procesos demográficos, que incluye el tratamiento de incertidumbres en lo que refiere a las caídas en los niveles de fertilidad. Tanto las proyecciones de población urbana y mundial recién pueden tener cierta validez cuando se las vincula con el conjunto de factores regionales y nacionales de crecimiento económico. En esta dirección, el crecimiento poblacional urbano y su PBI explica solo un porcentaje de la expansión de las zonas urbanizadas. Los factores no demográficos y la dinámica económica que no es abarcada por el PBI cumplen un rol importante. Aunque se espera que la población urbana global aumente hacia 5 billones en el 2030, desde lo que se registró en el 2010 como 3.1 billones, los resultados indican que muchos factores no demográficos, como la utilización de la tierra y los costos del transporte van a moldear la extensión global urbana en las próximas décadas. En relación a esto, el aumento notorio de terrenos urbanizados proyectos globalmente, especialmente para países en desarrollo, significa el inicio de un ciclo de inversiones en infraestructura, en desarrollo y en la creación de nuevas instituciones como señal de dicha expansión. Mientras aquello que refleja a la población urbana y las dinámicas de los tipos de vivienda y de los servicios sanitarios son considerados en el presente como los principales hilos conductores de un cambio drástico a nivel mundial, sólo en contadas ocasiones se consideran como resultados, directos o indirectos, del cambio global.