jueves, diciembre 21, 2017
miércoles, diciembre 20, 2017
martes, diciembre 19, 2017
Macri: ley, oxígeno y lecciones a aprender
Por Fernando Mauri.
La iniciativa lamentable que ajusta sacándole la plata del bolsillo a jubilados, pensiones de distinto tipo, receptores de la AUH, etc, ya es ley.
Un poco del tan necesitado oxígeno para el presidente Macri.
¿Qué debería aprender el macrismo
del trajinar de estas jornadas aciagas?
La necesidad de abrirse, de escuchar menos a los Marcos Peña y su círculo íntimo, y de priorizar más el agudo olfato político de los Vidal, Monzó, Carrió, Pinedo.
No creerse el 42% de octubre. No ser soberbios. Volver a negociar en serio.
No subestimar a un PJ que puede estar drogui, atomizado, sin liderazgo ni renovación en ciernes (gracias CFK, siempre funcional a la polarización macrista), pero que sigue siendo la balanza de poder y lo habrá de seguir cobrando muy caro...
Y quizás lo más trascendente: aceptar que Cambiemos es una primera minoría, en el Congreso, entre las gobernaciones... Sí, tiene poder, maneja la provincia más grande y a la vez una de las más ricas, pero seguirá gobernando en minoría hasta el 10 de diciembre de 2019.
Los (tenues quizás pero extendidos además por el país) cacerolazos en medio de la noche del largo y violento lunes 18, son un llamado de atención a no desatender.
Más allá de ello, la violencia de la izquierda y ATE fue funcional al Gobierno, tal como la obstaculizacion de un kirchnerismo que desde ya nunca repudió la violencia de grupúsculos de manifestantes. En ese sentido, Macri queda bien parado ante el ciudadano medio que, aún censurando la ley previsional, quiere gobernabilidad y paz.
¿El Gobierno perdió la calle? No, nunca fue su fuerte, al contrario.
Y quizás hasta haya quedado en claro para la sociedad los que quieren destruir y boicotear, fuera y dentro del Parlamento.
Sin embargo, la actividad económica repunta muy lentamente en tanto decrece poco la inflación, los déficits gemelos no decaen, el tipo de cambio se atrasa a diario y el endeudamiento interno y externo no para de crecer. La solidez económica está lejos de ser un activo PRO.
Por lo tanto, el Gobierno de Cambiemos, un gobierno de expectativas, no termina de afirmarse.
Lo que quizás más contribuya a solidificar su apoyo en la sociedad tiene nombre y apellido: Cristina Kirchner.
Y en segundo plano, un massismo que perdió la brújula hace rato, una CGT impresentablemente sobreactuada de posiciones que no siente y atravesada por peleas intestinas. Y una izquierda incendiaria.
En definitiva, una oposición sin alternativas. O sea, una enorme asignatura pendiente en Argentina.
Ahora, esto es Argentina, el reino de la inestabilidad, y las expectativas no duran para siempre. Pueden garantizar hasta una reelección, pero sin concreciones que mejoren de una forma u otra la calidad de vida de la ciudadanía, más tarde o más temprano, puede tronar el escarmiento.
Un poco del tan necesitado oxígeno para el presidente Macri.
¿Qué debería aprender el macrismo
del trajinar de estas jornadas aciagas?
La necesidad de abrirse, de escuchar menos a los Marcos Peña y su círculo íntimo, y de priorizar más el agudo olfato político de los Vidal, Monzó, Carrió, Pinedo.
No creerse el 42% de octubre. No ser soberbios. Volver a negociar en serio.
No subestimar a un PJ que puede estar drogui, atomizado, sin liderazgo ni renovación en ciernes (gracias CFK, siempre funcional a la polarización macrista), pero que sigue siendo la balanza de poder y lo habrá de seguir cobrando muy caro...
Y quizás lo más trascendente: aceptar que Cambiemos es una primera minoría, en el Congreso, entre las gobernaciones... Sí, tiene poder, maneja la provincia más grande y a la vez una de las más ricas, pero seguirá gobernando en minoría hasta el 10 de diciembre de 2019.
Los (tenues quizás pero extendidos además por el país) cacerolazos en medio de la noche del largo y violento lunes 18, son un llamado de atención a no desatender.
Más allá de ello, la violencia de la izquierda y ATE fue funcional al Gobierno, tal como la obstaculizacion de un kirchnerismo que desde ya nunca repudió la violencia de grupúsculos de manifestantes. En ese sentido, Macri queda bien parado ante el ciudadano medio que, aún censurando la ley previsional, quiere gobernabilidad y paz.
¿El Gobierno perdió la calle? No, nunca fue su fuerte, al contrario.
Y quizás hasta haya quedado en claro para la sociedad los que quieren destruir y boicotear, fuera y dentro del Parlamento.
Sin embargo, la actividad económica repunta muy lentamente en tanto decrece poco la inflación, los déficits gemelos no decaen, el tipo de cambio se atrasa a diario y el endeudamiento interno y externo no para de crecer. La solidez económica está lejos de ser un activo PRO.
Por lo tanto, el Gobierno de Cambiemos, un gobierno de expectativas, no termina de afirmarse.
Lo que quizás más contribuya a solidificar su apoyo en la sociedad tiene nombre y apellido: Cristina Kirchner.
Y en segundo plano, un massismo que perdió la brújula hace rato, una CGT impresentablemente sobreactuada de posiciones que no siente y atravesada por peleas intestinas. Y una izquierda incendiaria.
En definitiva, una oposición sin alternativas. O sea, una enorme asignatura pendiente en Argentina.
Ahora, esto es Argentina, el reino de la inestabilidad, y las expectativas no duran para siempre. Pueden garantizar hasta una reelección, pero sin concreciones que mejoren de una forma u otra la calidad de vida de la ciudadanía, más tarde o más temprano, puede tronar el escarmiento.
lunes, diciembre 18, 2017
viernes, diciembre 15, 2017
Una Argentina que siempre vuelve a su pasado violento
Por Fernando Mauri
El envalentonado por las urnas de octubre (notable 42%) Gobierno macrista se inflingió una herida casi gratuita.
Una herida como la de ayer, fruto de malos cálculos legislativos, soberbia, cerrazón y una exagerada prédica de militarización represiva.
Una herida que -desde ya con la enorme colaboración de buena parte de la oposición- nos retrotrae a lo peor de la Argentina violenta que amaga, amaga pero nunca se va. Especialmente cuando el PJ -nunca
acostumbrado como buen partido de poder, a ser oposición-
no ocupa la Rosada.
Una vez más, una dirigencia, oficialista y opositora, lejos de las aspiraciones de paz social de sus ciudadanos.
Lo económico
Es cierto que el déficit fiscal es un sempiterno problema argentino.
Hoy el sistema previsional explica un enorme 38% del gasto del Estado, a partir de 7 millones de jubilados y pensionados. La pretendida modificación macrista de definido sesgo fiscalista abarca a 17 millones de argentinos, entre pasivos, pensionados y receptores de asignaciones, entre la que se destaca la Asignación universal.por hijo (AUH).
Ahora, con la misma insensibilidad marca PRO habitual, ¿era necesario apuntar el eje todo por el todo por el lado de nuestros viejos que ganan en su gran mayoría una mínima mísera de $7246?
El régimen previsional está en crisis no sólo aquí, sino en el mundo.
Envejecimiento poblacional, informalidad laboral (en Argentina ese 30% que hace años trabaja en negro, y obviamente no hace aportes al sistema), crisis en la relación activos-pasivos, etc.
Ese régimen al que gratuitamente el kirchnerismo sumó a más de 3 millones de nuevos pasivos sin los aportes necesarios, para que cobraran la mínima, y no un 65/70% de la mínima, por ejemplo. Es que los populismos siempre son muy dispendiosos con la plata que no es suya.
Ese régimen al que gratuitamente el macrismo gobernante debilitó aún más con su "Reparación histórica", que tanto como la inclusión de más de 3 millones de nuevos jubilados por los K, podrá ser justa y demás,
pero no es sustentable. La redituable electoralmente "Reparación histórica" insume una erogación de más de 120.000 millones de pesos al año, una cifra apenas
superior a la que el Gobierno aspira a ahorrar el año que viene ajustando ahora a partir de lo que ganan nuestros viejos.
Especialistas de hecho afirman que la Argentina se encamina a ser el país con mayor gasto en jubilaciones y pensiones del mundo, medidos en términos de PBI. El gasto previsional será de 13 puntos en 2017.
El Gobierno nunca fue claro respecto de los números, habló de un ilusorio 5% de crecimiento real de las jubilaciones en 2018, nunca aclaró cómo sería el empalme entre la nueva fórmula de cálculo de suba de haberes y la vieja, nunca explicitó el tema mentado pero no explicado de un bono compensador de pérdidas reales. Recordemos de paso
que un bono se paga sólo una vez, por lo cual la pérdida se evitará un trimestre, pero vuelve a jugar al siguiente aumento.
¿Acaso no hay otra forma alternativa de ahorro fiscal que no haga eje en nuestros viejos? ¿No se pueden cobrar tributos extraordinarios a los que más tienen, reducir gastos, demorar o cancelar la baja gradual de retenciones al campo, etc, etc? ¿El macrismo acaso cree que ese 42% le da espaldas tan anchas en un entorno económico que apenas muy lentamente comienza a parecer mejorar
como para tomar medidas impopulares y erróneas aprovechándose de los más débiles como dé lugar?
¿Acaso un gobierno serio tiene un ministro de Economia que en el Congreso suelto de cuerpo dice que "no hizo las cuentas" entre lo que ganaría un jubilado con una fórmula y con otra? Gracias Dujovne. ¿O un legislador que sostiene que nuestros viejos ganarán menos pero tendrán el mismo o mayor poder adquisitivo? Gracias Tonelli.
Ahora, dejando de lado lo económico y lo nocivo de la eufemísticamente reforma que más que ello es un ajuste.
Lo Político
¿Era necesario que Patricia Bullrich montara semejante enorme operativo de seguridad en los alrededores del Congreso?
¿Acaso no es sabido que exagerada presencia policial motiva aún más a los provocadores y violentos de siempre?
¿No se pudo contener y prevenir sin balas de goma a diestra y siniesta?
¿No se pudo tratar con mayor cercanía y menor celo a los diputados que buscaban ingresar al Parlamento?
Sí, de acuerdo, hay antecedentes de legisladores que permitieron esta misma semana ingresar a una reunión de comisión a vándalos.
Pero de lo que se trata es de actuar eficazmente, dejando entrar a los legisladores y no permitiendo el arribo de infiltrados que amenacen la sesión. Separar la paja del trigo, digamos.
¿Acaso sorprendió al macrismo el alto costo que conlleva negociar con el PJ? Un PJ que "cobra" en el Senado por una ventanilla y por otra en Diputados. Que tiene sus propias internas.
Más allá de que se la coma el personaje, Elisa Carrió demuestra a diario que tiene mucha mayor experiencia y cancha política que los verdes macristas para negociar con sus rivales políticos.
El quórum se logró, por un pucho, pero se logró ayer. Ahora, ¿acaso no sabe Cambiemos que no se puede llegar a una sesión tan ajustado en números y más aún si se decide a adelantar la sesión una semana?
Pero...¿acaso no se incitó desde el macrismo que se cansó como oposición a hablar de calidad institucional a sentarse en sus bancas a legisladores que aún no juramentaron y están en las gateras para ser formalmente diputados?
Ese PRO "institucionalista" debe respetar el reglamento de Diputados. Y así como decimos que se consiguió quórum, decimos que éste se cristalizó fuera del horario permitido de espera en el marco de una
irregularidad.
Y ni hablar de la constitucionalidad del horroroso improbable DNU que se blandió en la tarde de ayer, como instrumento de amenaza a la oposición, y que fue malinterpretado periodísticamente como frenado por un tuit de Carrió.
Hasta aquí hemos referido a la responsabilidad de la prepotencia del 42%, a la candorosa inexperiencia macrista gobernante, que por revestir tal calidad, tiene
la principal responsabilidad en materia de juego parlamentario y seguridad pública.
Ahora, cabe reparar también en la dinámica incendiaria de la izquierda que no es novedosa, pero a la que se le ha sumado el kirchnerismo. A falta de ser opción de poder, su estrategia es obstruir como dé lugar,
no negociar, no sesionar, no perder una votación, patotear al presidente de la Cámara baja, etc. Beligerencia pura. Si por ellos fuera, Macri devendría en el De la Rúa del helicóptero del 2001. En eso trabajan.
Sumemos el rol patético del massista Frente Renovador, que habiendo perdido la brújula, se abrazó al kirchnerismo como diera lugar.
Sumemos a la CGT, que apoya la reforma laboral, pero a última hora se acordó de censurar la previsional y puede convocar en cualquier momento a una huelga. Más bien, deberían aceptar que las dos CTA les marca la agenda y los presionan a ellos, los de la mayor central sindical burócrata.
En definitiva, el lunes seguramente el oficialismo convierta en ley esta polémica ley de modificación previsional.
Con sus más y sus menos, volvemos a estar en manos de una dirigencia que nos recuerda una Argentina que cada tanto nos retrotrae a los peores fantasmas del pasado. El de un país crispado, violento y sin rumbo.